Las mujeres que hicieron feminista a Matt Killeen
Roca Editorial -
En este primer post de presentación que dedicamos hace unas semanas a Huérfana, monstruo, espía ya os contamos que Matt Killeen ha escrito también unos textos sobre las mujeres que a lo largo de su vida lo han inspirado en su propósito por ser un «feminista tenaz y comprometido». Todas ellas han sido también la base para la creación de Sarah, una adolescente tan fuerte como las figuras femeninas que lo han inspirado: «Estas son mis heroínas, algunas sublimes, otras no tanto, algunas tremendamente personales para mí y otras imprescindibles para la cultura.»
Dicho esto, aquí va un extracto de los comentarios que Matt Killeen ha escrito sobre ellas:
Violette Szabo. Agente de operaciones especiales (1921-1945)
«La historia de Violette Szabo siempre me pareció especial. Solo tenía veintiún años cuando entró como voluntaria en la Dirección de Operaciones Especiales, en parte por el dolor que le causó la muerte de su marido durante la guerra, pero también por la necesidad de hacer algo ante la ocupación nazi de su país. Las horrorosas consecuencias de ser capturada eran evidentes —de las veinticinco agentes secretas que había en la Dirección de Operaciones Especiales, trece murieron combatiendo—, pero aun así se lanzó dos veces en paracaídas en la Francia ocupada. [...] Parte de mi interés por Violette proviene de la excelente interpretación de ella que hizo Virginia McKenna en la película Agente Secreto SZ. [...] Conocí su historia, tal como la contaba la película, a una edad excesivamente temprana y formó parte de mi infancia tanto como la princesa Leia o Marion Ravenwood. Además de consolidar toda una vida de horrorizada fascinación por la complejidad moral de la Segunda Guerra Mundial, le enseñó al niño que era que las mujeres son tan fuertes, complejas e importantes como los hombres. Me ayudó a ser el feminista que soy en la actualidad.»
Lise Meitner. Física (1878-1968)
«Fue uno de los grandes genios de la historia. [...] Obligada a huir de Alemania tras ser denunciada por un colega, siguió trabajando por correo en los extraños resultados que estaba generando su equipo en Berlín. Su sobrino, Otto Frisch, fue a verla a Estocolmo en Navidades y en un largo paseo por la nieve identificaron correctamente lo que era la fisión nuclear. El colega de Meitner en Berlín, Otto Hahn, se enteró de las conclusiones de Meitner y Frisch y publicó ese trabajo conjunto solo con su nombre. [...] Reconocer la contribución de Lise Meitner habría sido admitir su connivencia y complicidad mientras Lise estaba exiliada y atraer la atención sobre su colaboración con las maquinaciones del Estado nazi. Se limitaron a publicar una declaración conjunta en el que aseguraban que Lise Meitner había formado parte de su equipo, pero que había "elegido irse de Berlín" y había dejado de contribuir en el proyecto. [...] Hahn recibió el Premio Nobel de Química por el descubrimiento de la fisión, con lo que se omitió la decisiva contribución de Meitner y Frisch. [...] Al igual que Rosalind Franklin, cuyo trabajo en la estructura del ADN fue esencial para su descubrimiento, pero se minimizó su contribución y se la borró de la historia, Meitner no encajaba. La comunidad científica no quería otra heroína. Una Marie Curie era suficiente. Su historia me cautivó de tal forma que la incorporé en Huérfana, monstruo, espía. Espero que no le hubiera molestado.»
Josephine Baker. Artista y activista (1906-1975)
«Artista, activista, agente de la resistencia francesa, bisexual, supermadre y ¿la primera estrella negra del cine? [...] Nacida en el seno de una familia del mundo del espectáculo terriblemente pobre, Freda Josephine McDonald pasó de bailar en la calle al vodevil sin hacer caso a las reprimendas de su madre. [...] Aunque ahora pueda parecer problemática, su danse sauvage, con su icónica falda de bananas y el guepardo amaestrado se convirtieron en su marca personal y fue la artista americana más aplaudida en el país. [...] Los historiadores del baile la han llamado «la Beyoncé de su tiempo». [...] Hasta aquí todo parece curiosamente prosaico, pero es también donde la situación se vuelve más interesante. Cuando los nubarrones de la guerra aparecieron en 1939, Josephine Baker empezó a trabajar para la inteligencia militar francesa recabando información sobre los movimientos de las tropas alemanas, los planes italianos y chismorreos sobre los japoneses por parte de las personas que hablaban de más en las fiestas y salones de toda Europa. La invasión de Francia la envió a su casa de campo, en la que alojó a fugitivos y procuró visados a los que deseaban unirse a las Fuerzas Francesas Libres. [...] Tras ser una héroe de guerra, volvió a los escenarios parisinos antes de regresar a Estados Unidos. Exigió que no se segregara al público, un paso que contribuyó a acabar con esa situación y se convirtió en la mujer del año de la organización por los derechos civiles Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color. Pero también se granjeó unos poderosos enemigos y se la acusó de ser comunista, por lo que se le retiró el visado. En Francia continuó con su trabajo en pro de los derechos civiles y volvió para ser una de las oradoras en la marcha en Washington junto a Martin Luther King. Tras su asesinato, su viuda, Coretta, le pidió que liderara el movimiento, un honor que declinó porque no quería dejar huérfana a su extensa familia de doce niños adoptados en el caso de que la asesinaran.»
Diana Brackley. Dificultades con los líquenes, John Wyndham
«A su errónea manera, muy de la década de 1950, consigue crear un personaje feminista con una extraordinaria fortaleza, imaginación y determinación. Diana Brackley no es como su madre. No está dispuesta a definirse simplemente como la esposa o madre de otra persona ni a resignarse a estar en una situación de perpetua dependencia. Pero está convencida de que el tiempo es su enemigo. [...] Cuando su diligencia y capacidad científica inventan un elixir antienvejecimiento abandona el laboratorio y su escaso interés en el amor y se lleva su invención. [...] Su intención no es solo alargar vidas, sino cambiar el mundo. Utiliza ese escaso liquen para crear un longevo grupo de líderes femeninas, inmunes a la intolerancia y discriminación por la edad, que compiten en igualdad de condiciones con los hombres sin las habituales limitaciones. Ese grupo podría cambiar para siempre el mundo de las mujeres. [...] En la actualidad, si una mujer así lo decide, incluso puede prolongar su fertilidad. Las mujeres que quieren cambiar las reglas del juego no necesitan ser eternamente jóvenes. Aunque, sin embargo, esta generación de mujeres todavía no ha conseguido desembarazarse de la obsesión patriarcal por el aspecto. Pero como un producto de finales de la década de 1950, con la segunda oleada de feminismo en sus albores, Diana Brackley es una agitadora y una extraordinaria luchadora por la igualdad.»
General Leia Organa. La guerra de las galaxias
«Ninguna lista de las mujeres que me formaron estaría completa sin mi princesa. Sí, es una princesa y sé que es una figura retórica problemática, pero no se trata de la típica dama en apuros o de una princesa de Disney, aunque ahora lo sea literalmente. Es política y diplomática. Tiene autoridad. También es una militante de la resistencia contra una abrumadora y malévola dictadura totalitaria. Quizá se ha integrado en la riqueza y el privilegio, pero ha conseguido que todo eso le sirva para la defensa de los oprimidos y vulnerables. Es la suprema aliada. [...] Cuando vi La guerra de las galaxias en el cine tenía cinco años y para mí fue un momento decisivo, en toda forma imaginable. Es difícil calcular la importancia que tuvo esa imagen de las mujeres en mi desarrollo cognitivo. Fuerte, inteligente, obstinada, acertada en la mayoría de las cosas y sin aguantar tonterías de nadie. Me di cuenta de que las mujeres podían ser —deberían ser— así, algo completamente distinto a algunos de los acontecimientos del mundo real que estaba presenciando en ese momento.»
Estas son solo cinco de las mujeres que han inspirado a Matt Killeen a lo largo de su vida y que, de algún modo, también se han colado en la construcción de Sarah en Huérfana, monstruo, espía. Sin embargo, debemos reconocer que en su lista hay más personajes feministas interesantes: está también la enfermera Mary Seacole o la matemática y escritora Ada Lovelace. En el campo de la música y el arte, Alanis Morissette o Donita Sparks de L7. Y en la ficción, otros personajes fascinantes como Rebecca «Newt» Jorden de Aliens: el regreso, Éowyin de El señor de los anillos, Flora 717 de Las abejas o Katniss Everdeen de Los juegos del hambre.
Y, como siempre, nos despedimos invitándoos a empezar a leer los primeros capítulos de Huérfana, monstruo, espía que encontraréis en este enlace.
¡Feliz lectura!