El arca del agua
Martin Pemberton camina por Broadway una mañana lluviosa y ve pasar de refilón un carruaje con pasajeros vestidos de negro. Entre ellos reconoce a su padre, el mismo que ha muerto recientemente y a cuyo entierro Martin ha asistido. Se desvía de su camino para seguir este extraño carruaje, metiéndose de lleno en una ciudad fantasmal que se opone a Nueva York como si fuera el negativo de una fotografía panorámica, con luces y sombras al contrario de como deberían ser.
El señor McIlvaine, el editor del periódico y cronista de las múltiples capas que componen la ciudad, se encuentra atrapado por el misterio que la historia de Martin supone y por el hecho de que el mismo Martin acabe desapareciendo.
Nueva York, su agua corriente; el gas que llega a sus farolas; sus trenes y telégrafos; sus imprentas que escupen miles de periódicos. Todo ello la convierte en una ciudad moderna y dinámica sin concesiones. Sin embargo, lo que McIlvaine descubre tras el misterio Pemberton se oculta en el reino de las sombras de lo antiguo, de los impulsos primarios y de las transgresiones paganas.