¿Quién me lo iba a decir?
Ángela trabaja en una fábrica de calzado, es una chica alocada, dicharachera y apasionada, pero a la vez muy temperamental.
Ángela trabaja en una fábrica de calzado, es una chica alocada, dicharachera y apasionada, pero a la vez muy temperamental.
A Rosalie Ronaldi solo le preocupa su carrera. Sobrevive a base de martinis y comida basura, tira los zapatos bajo la mesa del comedor, cuelga sus sujetadores de la barra de la cortina del baño y deja tirada la ropa sobre sillas y sofás.