Su banana
A mi nuevo jefe le gustan las reglas, pero hay una que nadie se atreve a romper.
Tocarle la banana.
En serio. El tío es un adicto al potasio o algo.
Si nos ponemos tiquismiquis, la verdad es que me la metí en la boca.
Y la mordisqueé… Incluso me la tragué.
Lo sé. Soy una chica mala, malísima.
Y luego lo vi, y te lo creas o no, atragantarte con la banana de un tío no es la mejor manera de causar una buena impresión.